Janelle Monae y su banda durante su actuación en el escenario RTVE.es
Con mucho cansancio y pocas horas de sueño volví a dirigir mis pasos hacia el Matadero para asistir a la jornada más indie del Día de la Música 2011. Una cosa quedaba clara desde el principio: el público difería en número y estilos mucho del observado el día anterior, con el maremoto de Vetusta Morla invadiéndolo todo. Para cuando llegué al Escenario Madrid! La nave en la que se encontraba estaba ya abarrotada de gente esperando para ver a Yuck. Con un calor que empezaba a ser difícil de aguantar el cuarteto británico se puso a desgranar los temas de su primer disco. Yuck es una de las grandes promesas de este año, con un disco interesante pero, en mi opinión, algo soso y monótono. Exactamente igual que su actuación: técnicamente correcta pero sin emocionar ni destacar en ningún momento. No obstante, los chavales apuntan maneras y hay que continuar siguiéndolos, a ver como evolucionan.
Sin movernos de nuestro sitio, esperamos la actuación de la sueca Lykke Li mientras no paraba de llegar gente y el ambiente se iba haciendo más irrespirable. La situación empeoró cuando, al comenzar el concierto la organización cerró todos los accesos salvo uno, haciendo que el calor fuera aún mayor. Pero no importó, o al menos no demasiado. Esta sueca de voz extraña y composiciones imprevisibles y su banda montaron un fiestón que nos obligó a bailar como posesos a pesar de la temperatura. Una cuidada puesta en escena, un dominio del escenario brutal por parte de la vocalista, que no paraba de moverse y de conectar con el público, así como la potencia de su banda (en algún momento sonaron hasta tres baterías simultáneamente) hicieron que nos quedáramos con la boca abierta. Fue el primer gran acierto de la tarde. Si tengo oportunidad, volveré a ver a esta formación en directo.
Tras esto tocó salir al sol e ir al escenario principal a ver a una Janelle Monae que la noche anterior había puesto patas arriba al Sónar. La expectación era enorme y la verdad es que no fue para menos. Con más de 15 personas en el escenario, energía a raudales, una jovencísima promesa del soul con una voz que quita el hipo y una puesta en escena impresionante (bailarinas incansables, músicos que no paran, maestro de ceremonias, kilos y kilos de confeti, lienzos en blanco para que Janelle pinte sobre ellos mientras canta…) la actuación de esta joven estadounidense enloqueció a los asistentes al festival. Desgraciadamente el sonido no fue perfecto y, al menos en los laterales, la voz de Janelle no se apreció como era debido. No importó: versión de los Jackson Five incluída, lo que hicieron esta chica y sus músicos sobre el escenario fue un fiestón en toda regla. Alucinante. Yo no tenía opinión sobre ella y ahora la tengo: solamente escucharé su música en directo. Lo demás es perder el tiempo.
Los integrantes de Glasvegas durante su actuación como cabeza de cartel del Día de la Música Heineken 2011
Tras esto llegó el momento de tomar una decisión: correr al escenario de Entradas.com para ver a Russian Red o quedarme en el de RTVE.es y coger un buen sitio para Glasvegas. El poco interés que me ha despertado Fuerteventura fue determinante y me quedé a ver cómo sonaba Euphoric Heartbreak en directo. Craso error. El cantante de Glasvegas saltó al escenario borracho como una cuba, cantando a media voz, balbuceando y olvidando muchas de las letras. A los que seguimos a esta formación desde su primer disco esta actitud hizo que nos hirviera la sangre. Pocas veces un grupo que tengo en tanta estima me ha producido una decepción tan grande. Al final el virtuosismo de los otros tres músicos que componen Glasvegas (que parecían dar tan poco crédito a lo que estaba pasando como nosotros), especialmente el de su impresionante batería (hubo prolongados y numerosos momentos en los que era lo único que se oía) sacaron adelante un concierto que no fue ni la sombra de lo que se esperaba. Cancionzacas como Euphoria take my hand o Lots sometimes quedaron deslucidas por los tambaleos del cantante. Una pena.
La noche acabó con los bailongos de Caribou en el escenario Entradas.com, pero el cansancio y el despertador del lunes hicieron que solamente me quedara un par de canciones para comprobar que el público tampoco estaba demasiado entusiasmado. Finalmente, balance positivo, sobre todo teniendo en cuenta el precio de la entrada. Si la organización sigue así, volveré el año que viene.
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